Robin Wright ha sido un actriz cuya ha sido
particularmente notable. Desde su inolvidable actuación en The Princess Bride hasta interpretar a la famosa Jenny en Forest
Gump, ha sido catalogada como una de las actrices importantes de Hollywood.
Pero su carrera decae debido a sus malas decisiones y rechazos a proyectos
cinematográficos; viviendo con sus 2 hijos en un hangar abandonado pero
remodelado, Robin intenta pasar su vida de una manera tranquila, pero sus
decisiones laborales la persiguen.
Su agente le pide que firme un contrato especial para el
estudio Miramount (una posible
referencia a Miramax y Paramount) para rescatar su carrera. El contrato trata
sobre escanear su cuerpo, emociones, incluso su voz y pensamientos, de manera
computarizada para usarla en cualquier película que el estudio quiera producir.
Robin intenta negarse al contrato, pero por motivos familiares decide
aceptarlo, por 20 años. Luego de esos años tiene que renovar el contrato; debe
dirigirse al estado de Abrahama, creado por el estudio Miramount el cual es
completamente animado (literalmente).
Allí se desata una rebelión en contra del Congreso Futurista, el cual anuncia un
químico producido por el estudio que no solo te mantiene en formato animado,
sino que también te hace ver como cualquier personaje que quieras. Robin
ingiere demasiados químicos liberados tras una fuga y su vida poco a poco se
desvanece en el tiempo.
Esta película es como ingerir LSD con marihuana. La
primera mitad es lo que se puede llamar “normal”, luego de esos 40 minutos tu
mente preguntará: ¿Qué carajos estás viendo? La mezcla de la historia y la
animación en computadora hacen que la película coja un ambiente surreal capaz de
jugar con tus ojos. Me parece una excelente adaptación moderna al usar
literalmente a una actriz real como Robin Wright y que ella se interprete a sí
misma.
Al terminar la película (además de haber quedado loco) la
analicé. Me di cuenta que la historia trae consigo un mensaje completamente
marxista al exponer la situación de la actriz y su dominación por parte del
estudio. El estudio prácticamente le dice “tú serás escaneada y tu cara será
nuestra, seremos dueños de tus derechos y no podrás actuar en ningún otro
lugar, ni siquiera en un teatro”. Esto me remitió al caso del trabajo enajenado
en el cual un obrero es una simple máquina de producción para los bienes del
burgués.
El trabajador queda reducido a nada, y mientras más
produzca, menos valdrá este. Robin es una excelente representación del obrero,
no solo su trabajo sino también su rostro quedan reducidos a ser productos de
entretenimiento adueñados por un estudio de cine (el cual es una excelente
representación del capitalismo). En la película explotan tanto la imagen de
Robin que su imagen real queda reducida a lo que ellos crearon; prácticamente
ella ya no existe.
La película además de traer este mensaje sociológico
tiene, como dije antes, una visión surrealista de la vida moderna en donde la
tecnología y el mundo químico cada día evolucionan y se reproducen cual
conejos.
Está basada en la novela El Congreso de futurología escrita por Stanislaw Lem en 1971, y me
parece que para ese tiempo el hombre tenía una visión muy adelantada para su
época y que de seguro se impresionaría al ver lo que la sociedad se ha
convertido.
La película, dirigida por Ari Folman, es excelente,
combinando tanto material real como material animado, y también cuenta con un
excelente sistema de referencias a clásicos del cine y a grandes figuras del
mundo artístico. Es una combinación entre drama, ciencia ficción y animación.
“Robin Wright: ¿Esto tiene sentido o está todo en mi mente?
Robot: Últimamente todo tiene sentido, y todo está
en tu mente”. –Extracto de “The Congress”
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