En 1997, J.K: Rowling deleitó al mundo literario con la
primera de siete novelas acerca de un niño mago y su misterioso pasado; 4 años
más tarde, Chris Colombus revolucionó el mundo cinematográfico trayendo la
primera entrega de una de las sagas más importantes en el género de fantasía.
Esta primera parte de Harry
Potter nos introduce sutilmente a un mundo tan grandioso y mágico que a
menudo deseamos que existiese. Luego de su cumpleaños número 11, viviendo con
sus horribles tíos, Vernon y Petunia, y su vulgar primo, Dudley, Potter
descubre que es un mago y que ha sido aceptado en la escuela mágica de
Hogwarts. Con un pasado turbulento sobre sus espaldas (el cual desconocía),
Harry se enfrenta a muchas dificultades pero también descubre el poder de la
amistad mediante sus compañeros, Hermione y Ron.
Para desglosar esta pieza (tanto el libro como la
película), no es necesario ser un genio ni mucho menos un mago. El libro comienza
desde el punto de vista de Vernon Dursley, el tío de Harry, siguiéndolo en un
día habitual de trabajo, describiendo su temperamento abusivo y obstinado mientras
recorre las calles de Inglaterra, en donde presencia a varios individuos
extraños, celebrando la caída de un tal “tu-sabes-quien”.
Sutilmente, Rowling nos describe el mundo muggle
(o mejor dicho, el mundo humano, sin magia), para luego introducirnos al gran
mundo mágico.
La película, por otro lado, comienza con Dumbledore,
McGonagall y Hagrid (magos), dejando al pequeño Potter en la puerta del número
4 de Privet Drive, comenzando así la gran leyenda del niño que vivió (esto
también ocurre en el libro).
Las diferencias aquí, entre película y libro, es que el
libro comienza con el ya mencionado mundo muggle,
mientras que la película comienza mostrándonos a varios magos ejerciendo su
profesión. La manera en la que Rowling comienza el libro es mejor, ya que le da
al lector un ambiente claro y cotidiano para luego introducirlo poco a poco a
la fantasía. La película inicia con magia de una vez, aunque fue una buena
medida ya que así nos atrapó a muchos en la historia.
Luego de este punto, la película se mantiene al mismo
paso del libro. Los mismos escenarios, los mismos personajes, la misma esencia.
Quizás haya algunos cuantos cortes o algunas escenas omitidas, pero nada que
interfiera con el plot principal. Una
diferencia un poco más notable, quizás, es la del desarrollo de Draco Malfoy,
pues en el libro es más grosero y petulante que en la película: pero aun así,
en la gran pantalla sigue siendo ese Malfoy detestable que, conforme avanzan
los filmes, es más terrible.
En conclusión, la película es una buena adaptación, fiel
al libro. Las actuaciones son sublimes, y con el tiempo evolucionaron a mejor
(especialmente la de los niños actores), dejando una marca intachable a todos
los amantes de la saga. Muy rara vez un libro está bien adaptado en el cine, y
este es una de las pocas excepciones. Si lees el libro lo único que harás es
reproducir la película en tu mente conforme avanzan las páginas. Aún no he
leído la saga completa, pero estoy en el proceso; pronto vendrán más reseñas
como esta.
“Hay muchos tipos de valentía. Hay que tener un gran
coraje para oponerse a nuestros enemigos, pero hace falta el mismo valor para
hacerlo con los amigos”. –Albus Dumbledore
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