13 de noviembre de 2017

Libro vs. Película: Harry Potter y la piedra filosofal


En 1997, J.K: Rowling deleitó al mundo literario con la primera de siete novelas acerca de un niño mago y su misterioso pasado; 4 años más tarde, Chris Colombus revolucionó el mundo cinematográfico trayendo la primera entrega de una de las sagas más importantes en el género de fantasía.


Esta primera parte de Harry Potter nos introduce sutilmente a un mundo tan grandioso y mágico que a menudo deseamos que existiese. Luego de su cumpleaños número 11, viviendo con sus horribles tíos, Vernon y Petunia, y su vulgar primo, Dudley, Potter descubre que es un mago y que ha sido aceptado en la escuela mágica de Hogwarts. Con un pasado turbulento sobre sus espaldas (el cual desconocía), Harry se enfrenta a muchas dificultades pero también descubre el poder de la amistad mediante sus compañeros, Hermione y Ron.

Para desglosar esta pieza (tanto el libro como la película), no es necesario ser un genio ni mucho menos un mago. El libro comienza desde el punto de vista de Vernon Dursley, el tío de Harry, siguiéndolo en un día habitual de trabajo, describiendo su temperamento abusivo y obstinado mientras recorre las calles de Inglaterra, en donde presencia a varios individuos extraños, celebrando la caída de un tal “tu-sabes-quien”. Sutilmente, Rowling nos describe el mundo muggle (o mejor dicho, el mundo humano, sin magia), para luego introducirnos al gran mundo mágico.

La película, por otro lado, comienza con Dumbledore, McGonagall y Hagrid (magos), dejando al pequeño Potter en la puerta del número 4 de Privet Drive, comenzando así la gran leyenda del niño que vivió (esto también ocurre en el libro).

Las diferencias aquí, entre película y libro, es que el libro comienza con el ya mencionado mundo muggle, mientras que la película comienza mostrándonos a varios magos ejerciendo su profesión. La manera en la que Rowling comienza el libro es mejor, ya que le da al lector un ambiente claro y cotidiano para luego introducirlo poco a poco a la fantasía. La película inicia con magia de una vez, aunque fue una buena medida ya que así nos atrapó a muchos en la historia.

Luego de este punto, la película se mantiene al mismo paso del libro. Los mismos escenarios, los mismos personajes, la misma esencia. Quizás haya algunos cuantos cortes o algunas escenas omitidas, pero nada que interfiera con el plot principal. Una diferencia un poco más notable, quizás, es la del desarrollo de Draco Malfoy, pues en el libro es más grosero y petulante que en la película: pero aun así, en la gran pantalla sigue siendo ese Malfoy detestable que, conforme avanzan los filmes, es más terrible.

En conclusión, la película es una buena adaptación, fiel al libro. Las actuaciones son sublimes, y con el tiempo evolucionaron a mejor (especialmente la de los niños actores), dejando una marca intachable a todos los amantes de la saga. Muy rara vez un libro está bien adaptado en el cine, y este es una de las pocas excepciones. Si lees el libro lo único que harás es reproducir la película en tu mente conforme avanzan las páginas. Aún no he leído la saga completa, pero estoy en el proceso; pronto vendrán más reseñas como esta.

“Hay muchos tipos de valentía. Hay que tener un gran coraje para oponerse a nuestros enemigos, pero hace falta el mismo valor para hacerlo con los amigos”. –Albus Dumbledore

0 comentarios:

Publicar un comentario