13 de noviembre de 2017

Death Note: La destrucción de un anime


Basada en el aclamado manga japonés que luego se convirtió en uno de los animes más populares, Death Note llega a las pantallas de Netflix para hacer llorar a los fanáticos del fenómeno.


Light Turner, un simple estudiante nada popular, recibe una libreta extraña en la que, si se anota el nombre de una persona, esta morirá. Junto con su novia, Mia Sutton, será el causante de alrededor de 400 muertes en todo el mundo, dando a conocer su alter ego: Kira.

Light comienza a ser investigado por uno de los mejores detectives del mundo, quien se hace llamar L. Mientras Light intenta librarse de la libreta mortal y desprenderse de la influencia del dios de la muerte (dueño de la libreta), llamado Ryuk, ocurre un desnivel caótico en su vida.

Como fanático de la historia original, tenía ciertas expectativas en cuanto a esta película y cómo le haría algo de justicia a su base. Al terminar, quedé completamente decepcionado. 

La película carece de emoción y tensión, el guion está pesimamente estructurado, haciendo que los personajes se vean plásticos y que la trama carezca de sentido. Las actuaciones no son nada rescatables y la película en sí llega a ser aburrida en cierto punto.

La historia original se pierde totalmente en esta adaptación americana, y no le hace nada de justicia. Viola las reglas de la misma Death Note y eso hace que pierda su originalidad. 

Y los personajes..,

Light Turner (Nat Wolf), es el opuesto exacto a Light Yagami, su personaje base. Es inteligente, sí, pero es representado como un adolescente miedoso y estúpido. Este fue el personaje del que más me decepcione, pues Light (o Kira), es el perfecto protagonista en el anime, nada descuidado, y cuidadoso con sus pasos. Light Turner es todo lo contrario.

Mia Sutton (Margaret Qualley), se supone que representa a la famosa Misa Amane, uno de los personajes más importantes del anime. Es una porrista muy inusual, algo rebelde y sarcástica, que se desenvuelve de una manera totalmente impulsiva en la historia. Nada que ver con la dulce Misa-Misa de la serie.

L (Keith Stanfield), mi personaje favorito en la serie, pero el que más detesté en la película. Se supone que L es el mejor investigador del mundo, la mente maestra del FBI, y al igual que Light, cuidadoso en sus pasos. Pero en la película se desenvuelve de la misma manera que los demás personajes. Vemos a un L asustado, descuidado e impulsivo.

La cara icónica de Death Note siempre será Ryuk, el shinigami (dios de la muerte). Es interpretado por el gran Willem Dafoe, y lo único que puedo rescatar de él es su voz (muy bien hecha), porque el personaje no hace mucha aparición en la película, y las veces que aparece nunca lo vemos con claridad, haciendo que su presencia carezca de la importancia que representa.

Si me preguntasen qué es mejor, si la serie o la película, mi respuesta quedaría clara si has leído hasta este punto. Solo ruego a Dios para que Netflix no cometa el terrible error de hacer una secuela.

“¿Shall we begin?” –Ryuk 

0 comentarios:

Publicar un comentario