Una vez más J.K. Rowling deleita al mundo juvenil con su
increíble mundo mágico, continuando la historia de Harry Potter, el niño que
vivió, en 1999. Chris Columbus hizo un espectacular trabajo en las primeras dos
entregas cinematográficas de la saga, pero en esta ocasión se abre paso un
excelente director que no solo ha ganado el Premio Oscar de la Academia, sino
que también dirigió, quizás, una de las mejores películas en toda la saga: el
mexicano Alfonso Cuarón.
Esta historia, en diferencia con sus predecesoras, no
trata un conflicto directo entre Harry y Quien-tú-sabes
o Lord Voldemort, pero sí hay algunos indicios de él. En cambio, Harry se
enfrenta con la amenaza de un prófugo al que se le conoce por traicionar a sus
padres, matar a uno de sus mejores amigos y también a muchos muggles: Sirius Black, el prisionero de
Azkaban. Lo que no sabe Harry es que la situación es mucho más tensa y
complicada de lo que piensa.
La historia comienza de la manera habitual: Harry,
atrapado y maltratado, en casa de los Dursley. En esta ocasión Harry dedica su
verano para estudiar magia y cumplir con unos cuantos deberes que le
encomendaron en Hogwarts. En el libro,
Harry practica su magia en secreto, usualmente en la noche, para que sus
horribles tíos y su atorrante primo no lo descubran. Llega el día de su
cumpleaños y recibe a través de Hedwig, su lechuza, unas cuantas cartas y
regalos de parte de sus amigos, incluyendo un libro que muerde llamado El Monstruoso libro de los Monstruos
(cortesía de Hagrid).
En la película,
omiten muchas de estas cosas, quizás para darle un ambiente mucho más frío al
entorno de Harry, y demostrar que está entrando en una etapa mucho más madura.
Solo lo vemos practicando un hechizo y es el de lumos, utilizado para traer luz. Después de allí, tanto libro como
película van al mismo ritmo: luego de inflar a la tía Marge (escena inolvidable
y graciosa), Harry decide irse de casa de los Dursley porque está cansado de
tanta hostilidad. Fuera, en la calle, presencia algo tenebroso, como un perro
negro gigante, lo que más adelante conocería como el grim.
Luego lo recoge el famoso Autobús Noctámbulo, un medio de
transporte para magos abandonados. Dentro del autobús escucha por primera vez
sobre Sirius Black (sin contar que en el libro la noticia de Black está en
noticieros muggles también). Luego de
un viaje agitado, llega al Caldero Chorreante, donde en recibido por el
ministro de magia, Cornelius Fudge. Después de varios días terminando sus
deberes y paseando por el Callejón Diagon, Harry se reencuentra con Ron Weasley
y Hermione Granger, sus mejores amigos, y también con toda la familia Weasley,
todos hospedados en el Caldero Chorreante también.
En el libro,
Harry escucha a escondidas a los padres Weasley hablar sobre Black en relación
con él, suponiendo que Black escapó de prisión para perseguir y matar a Harry.
En la película, Arthur Weasley le habla
directamente a Harry sobre Black y le advierte que tenga cuidado. Este cambio
se hizo para que Harry adoptara una figura más solitaria, ya que debe cuidarse
por su cuenta y debe ser consciente de sus acciones.
Luego de estas escenas, nuevamente, tanto libro como
película siguen el mismo ritmo: Harry y sus amigos van a Hogwarts en tren,
dentro se consiguen con un horrible Dementor,
un guardián de Azkaban en busca de Black. La situación es controlada por un
profesor nuevo: Remus Lupin, quien se encontraba durmiendo en la misma cabina
de Harry y además era el nuevo encargado de Defensa
contra las Artes Oscuras. Luego de esa horrible experiencia, llegan al
castillo de Hogwarts listos para empezar un nuevo año escolar.
El primer día de clases transcurre normal: materias
viejas, materias nuevas, Hermione tomando más clases de lo cualquiera puede, y
todo bien hasta que llega la clase del profesor Lupin. Allí tienen una clase
muy inusual de Defensa contra las Artes
Oscuras, se enfrentan contra un Boggart,
un ser que cambia de forma en lo que más miedo le da a su oponente. Todos los
alumnos prueban un enfrentamiento con el boggart
y lo ridiculizan, hasta que llega el turno de Harry.
En el libro,
justo antes de que Harry se enfrente al ser, incluso antes de que este se
convierta, el profesor Lupin se interpone y guarda al boggart, impidiendo que Harry se enfrente como los demás. En la película, Harry sí se enfrenta al boggart, y este en vez de convertirse en
Voldemort (probablemente lo que más miedo le da a Harry), se convierte en un dementor y al no saber defenderse, el
profesor Lupin interviene y termina la clase. Este cambio es muy grande y muy
importante, le da una gran profundidad al tema de los dementores, los cuales succionan pensamientos y recuerdos felices,
dejando solo los más tristes en tu mente.
Durante ese año escolar los alumnos tienen permitido
visitar Hogsmeade, un pueblo mágico en las cercanías del colegio. Harry no
puede ir ya que necesita la firma de sus tutores, y como sabemos, no tiene
padres y sus tíos no lo quieren mucho, pero gracias a los gemelos Weasley llega
a sus manos el Mapa del Merodeador, el cual puede mostrar pasadizos secretos
dentro del castillo que lo pueden llevar a Hogsmeade. Harry hace uso del mapa
unas cuantas veces en el transcurso de la historia para reunirse con sus amigos
y pasar un buen rato, pero en uno de sus viajes descubre algo horrible.
En el libro,
Harry, Hermione y Ron se encuentran en Las Tres Escobas bebiendo cerveza de
mantequilla cuando de repente entran Cornelius Fudge, la profesora McGonagall,
Hagrid y el profesor Flitwick, y comienzan a hablar sobre Black y su pasado.
Harry, escondido debajo de una mesa, escucha y descubre que Sirius Black traicionó
a sus padres y que además de eso es su padrino. En la película Harry se entera de lo mismo pero en otras circunstancias:
se infiltra en una habitación a la que entran los mismos personajes ocultándose
bajo su capa de invisibilidad.
La historia coge fuerza y se va tornando más seria y
oscura a medida que avanza. Harry aprende a utilizar el encantamiento Patronus para defenderse de los dementores, descubre la verdad de Black
y el asunto de Peter Pettigrew, quien realmente traicionó a sus padres y se
convirtió en una rata que fue acogida por los Weasleys bajo el nombre de Scabbers; Harry y Hermione, utilizando
un giratiempo, logran salvar a Black
y a Buckbeak, un hipogrifo de Hagrid incriminado por Draco Malfoy después de
que este insultara a la criatura y ella lo golpeara.
Como pueden ver, la película no tiene muchos cambios del
libro, pero los pocos que tienen influyen de alguna manera a la historia. Más
que cambios, hay muchas omisiones, muchas escenas cortadas, por ejemplo: no se
explica el origen de Canuto, Colagusano,
Lunático y Cornamenta, el grupo de amigos de James Potter y los creadores
del Mapa del Merodeador. Tampoco hay mucho enfoque en Harry conociendo más de
sus padres, enfocándose más en la rabia que este le tiene a Black al creer que
él traicionó a sus padres.
La historia en general es mucho más madura, más adulta.
Los personajes principales entran en el ciclo de la adolescencia y los temas
tratados son muy oscuros. Me mencionaron una vez que a medida que la historia
avanza en los libros pasa de ser fantasía a terror, y ese cambio comienza con
esta tercera entrega. Aun así, la historia no deja de tener esta esencia mágica
que todos amamos de la saga.
La película, por muchos, es considerada una de las
mejores de la saga (para algunos es simplemente la mejor). Su edición,
dirección, efectos y cinematografía son únicos, llevan el sello de Alfonso
Cuarón quien hizo un excelente trabajo. Esta película, además, es la primera en
tener a Michael Gambon como Dumbledore, luego de la muerte de Richard Harris
quien lo interpretó en las primeras dos entregas. Pronto vendrán más
comparaciones sobre esta saga, mientras tanto, bébanse una cerveza de
mantequilla.
“Las consecuencias de nuestras acciones son siempre tan
complicadas, tan diversas, que predecir el futuro es realmente difícil”. –Albus Dumbledore
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