Luego
de los eventos de Civil War,
reanudamos la historia de T’Challa, el príncipe de la ciudad oculta de Wakanda,
quien ahora se convierte en rey luego de la trágica muerte de su padre. Dudando
de su desenvolvimiento en su nuevo puesto, T’Challa intenta dar lo mejor de él
para poder cumplir con las demandas de su pueblo.
Mientras
intenta restaurar la paz entre las tribus de Wakanda, reaparece la amenaza del
caza recompensas Ulysses Klau, junto con un ex-soldado de Operaciones
Clandestinas llamado Erik Killmonger, quien tiene un oculto pasado que, al ser
revelado, desata un caos político y cultural que T’Challa, bajo la piel de
Black Panther, tendrá que solucionar con la ayuda de sus mejores compañeros.
Ya
tenemos la primera película del MCU del 2018, y en mi opinión, es una muy buena
manera de empezar. Se introduce al personaje de una manera muy sutil, sin
atiborrar sus orígenes dentro de un 40% de película (como es en algunos casos);
en cambio, aquí tenemos a alguien a quien ya hemos visto antes, específicamente
en Civil War, y ya lo que queda de camino es simplemente explotar un poco la mística
historia de la cultura que venera al Black Panther.
La
película, más que ser acerca del personaje, se concentra mucho en el ambiente
sociocultural y político de Wakanda, cosa que me pareció genial viniendo de una
película de Marvel. Se puede ver como cultura, religión y política colisionan
de una manera tan caótica que al final termina siendo lo suficientemente interesante
para mantenerte atento a los aspectos de la historia.
Pienso
que es una buena stand-alone de
Marvel porque se concentra en la densidad de la historia más que en la acción
del blockbuster. Esto para mí es muy
importante porque le dan más profundidad al nivel de producción.
El
guion es lo que ayuda a que esos aspectos actúen de una buena manera a lo largo
de la película; escrito por Ryan Coogler (director de Creed), y Joe Robert Cole
(ACS: Versace). La cinematografía es excelente, de verdad presenta una buena
esencia dentro de la historia y sus diversos componentes; quien se encargó de
esto fue Rachel Morrison quien llevó a cabo el trabajo de fotografía en Mudbound,
película nominada al Oscar precisamente por su fotografía.
La
dirección también está bien llevada, ejecutando un conflicto a la vez y
llevando a cabo poco a poco el conflicto principal, y quien se encarga de esto
es, de nuevo, Ryan Coogler.
Hay
actuaciones excelentes: Chadwick Boseman desempeña un buen papel como T’Challa,
Danai Gurira y Lupita Nyong’o también, e incluso Martin Freeman; y eso sin
hablar de Andy Serkis, quien es un tremendo actor. Pero la única actuación que
me desagradó fue la de Michael B. Jordan, cuyo personaje carga una vibra muy en
desnivel con la historia; es comprensible que esa haya sido la intención con el
personaje, pero todo me pareció muy sobre-actuado.
Se
conoce muy bien que en Marvel el uso de la comedia es algo imprescindible
(aunque no es algo que necesitamos); muchas escenas cómicas en la película están
bien, pero algunas no, son muy forzadas. Otra cosa que me desagrado fue el excesivo uso del CGI en muchas escenas, ocasionando que la esencia cultural de
la película se perdiese.
Sin
dar más rodeos, creo que esta es una de las mejores películas de Marvel hasta
el momento, y además es muy fiel a su base. Nuestra atención ahora se
concentrará al fenómeno que hemos estado esperando durante 10 años: Infinity
War, que será estrenada el 4 de mayo de 2018.
“What happens now determines what
happens to the rest of the world”.
–T’Challa
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