14 de octubre de 2019

Joker: No (olvides) sonreír




Arthur Fleck es un simple ciudadano de Gotham City quien sufre de una condición particular en su sistema nervioso: la risa patológica (incontrolable). Es un tipo peculiar, vive con su enferma madre, trabaja como payaso en una agencia de marketing de carteles de baja calidad, y está enamorado de su vecina. Pareciera que la vida de Arthur, a pesar de las particularidades, no es tan complicada como parece, ¿no? 


 

Ah, sí, hay algo de todo esto que resalta: Gotham City, una ciudad sucia, insegura, solitaria, deprimente… ¿sigo? Pues sí: no solo Gotham como ciudad es horrible, sino sus habitantes también, seres despreciables que solo actúan por su bien, por su ego, por apariencias… Esto es algo que Arthur Fleck ha notado, así como ha notado que indudablemente, él mismo es uno de esos habitantes de Gotham, con la diferencia de que él ríe.

Todd Phillips hace una transición de la comedia (The Hangover Trilogy, Due Date), pasando por la guerra (War Dogs) hasta llegar a esto: una verdadera pieza del cine moderno. Es increíble como este director y guionista pudo tomar un concepto sacado de los comics de DC y hacerlo tan real y tan crudo que en ocasiones da miedo. Su puesta en escena es única, como fan de Batman me tomo el atrevimiento de decir que nunca, en todas las live-action del murciélago, un director ha traído la pesadez del clima de Gotham, y darle un origen magnifico a una de las personalidades más importantes para este universo como lo es el Joker.

Desde la iluminación y la cámara hay unas claras referencias a Taxi Driver de Scorsese (incluso en su argumento). Todo desde luces hasta arte está perfectamente controlado para traer a la vida (si es que se puede decir “vida”) a esta monstruosa ciudad y al personaje; todo esto me parece algo muy inteligente de hacer ya que de lejos parece que la película está ambientada en los 70’s, pero la verdad es que eso es algo que no se puede deducir con exactitud ya que la película es atemporal (similar a Se7en de Fincher). La música aparece siempre en puntos estratégicos, ya que a pesar de que casi siempre es el mismo tema el que suena, es posible ponerlo en cualquier en escena en donde algo diferente pasa,  y la emoción que se transmite no será la misma.
 
Ahora, hablando de la parte más importante: Joaquín Phoenix. Nunca había visto a este actor de esta manera, y eso no quiere decir que no ha hecho grandes papeles, pero la transformación que hizo para el Joker hace que dejes de verlo como actor, y comiences a ver cómo el personaje emerge como algo nuevo, una extensión de él, alguien más. Desde lo físico hasta lo psicológico, Joaquín supo darle vida al mítico némesis de Batman, brindando un lado más psicópata, más oscuro y más roto. 



La manera en la que esta película se ata (casi hasta imparcialmente) al universo de Batman me parece algo genial, y creo que le da entrada a crear algo incluso más grande, así que solo espero que Warner y DC lo hagan bien a partir de ahora. Aunque me conforto en que Phoenix decida alejarse de las grandes franquicias para hacer cosas originales y buenas como esta película.

Si no la han visto, procuren verla con una mente abierta, pero también tengan presente que la película les brindará un reflejo inigualable de la sociedad en la que vivimos. Y no olviden sonreír.

“I used to think that my life was a tragedy, but now i realize, it’s a comedy”. –Arthur Fleck

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